TERAPIA DE ACTIVACIÓN CONDUCTUAL PARA EL TRATAMIENTO DE LA DEPRESIÓN
La Activación Conductual es una terapia eficaz en el tratamiento de la depresión mayor. Numerosos estudios han demostrado su eficacia en todas las intensidades de los síntomas, incluso en la depresión grave. Actualmente también se está aplicando a diferentes trastornos de ansiedad.
Se trata de una terapia breve estructurada basada en la premisa de que la modificación de las conductas del paciente repercutirá positivamente en su estado de ánimo. Los problemas cotidianos en la vida de las personas vulnerables y sus respuestas conductuales reducen la posibilidad de conseguir refuerzo positivo de su contexto o ambiente.
El objetivo es aumentar la activación y cambiar las conductas para que puedan obtener más refuerzos positivos, resolver problemas cotidianos y de este modo mejorar su estado de ánimo.
Esta terapia para la depresión se focaliza de forma directa en la activación, pero también en los procesos que inhiben la activación, como las conductas de escape, evitación, y las rumiaciones. La terapia defiende que actuar en el contexto del paciente es mucho más eficaz que hacerlo sobre los síntomas o factores internos, tales como las alteraciones neurobiológicas o la sintomatología, por lo tanto, es una alternativa al uso de psicofármacos.
A la hora de comenzar una intervención mediante Activación Conductual se tienen en cuenta estos dos aspectos:
- El contexto o la situación que provoca la conducta.
- La funcionalidad o los efectos que tiene esta conducta en la persona. Se prioriza la función de la conducta versus la forma.
De esta manera se evalúan y analizan tanto los acontecimientos que aparecen en la vida del paciente, como las respuestas conductuales que da a estas situaciones y se pone el foco en cambiar el contexto y las conductas.
Uno de los principios básicos de la Activación Conductual es que la persona con depresión lleva a cabo una serie de comportamientos evitativos consecuencia de la falta de refuerzo positivo y del predominio de situaciones poco estimulantes. Esta tendencia a la evitación puede manifestarse mediante la interrupción de las tareas y actividades diarias, mediante pensamientos rumiativos o mediante las interacciones que la persona mantiene o no con los demás.
La dinámica de la terapia no va a ser modificar la cognición y el estado de ánimo para que la persona cambie su conducta, sino la de que se active a pesar del estado de ánimo. El hecho de no trabajar en la reestructuración de las cogniciones (creencias irracionales y limitantes, pensamientos automáticos, juicios, etc.) no significa que no se les de importancia, pero se considera que el cambio cognitivo se dará por si sólo tras la modificación de conducta. Sí que se hace un trabajo específico con las rumiaciones (preocupaciones o pensamientos obsesivos), pero no centrado en el contenido sino en practicar estrategias centradas en gestionar la experiencia atencional, seleccionar actividades que requieran una alta implicación y destacar las consecuencias negativas de la rumiación.
La modificación y activación de conductas será siempre ajustada a la singularidad del paciente y a su momento de desarrollo, es decir, las conductas a activar han de ser significativas para el paciente.
Las ventajas de este tipo de terapia son que:
- Es una terapia alternativa al uso de fármacos en el tratamiento de la depresión y sus efectos secundarios no deseados.
- Es rápida y eficaz. Se estructura y se ajusta en base a las necesidades del paciente. Requiere pocas sesiones, unas 15 aproximadamente, lo cuál es una gran ventaja a nivel de rapidez de resultados y ahorro económico respecto a otras terapias que requieren mayor inversión de tiempo.
“Pienso que la formulación conceptual, así como el tratamiento de la depresión depende de la focalización en las conductas que el paciente no hace…el aspecto más obvio de la depresión es una notable reducción en la frecuencia de determinados tipos de conductas y en el aumento de la frecuencia de otras, generalmente la evitación y el escape”
Ferster, 1974
Lidia Viana Catalán. Psicóloga Sanitaria. Col núm.11.402. Especialista en terapias del bienestar emocional y terapias de tercera generación.